Veremos los gastos fijos que implica tener una vivienda, esté habitada o vacía, pero nos centraremos en los de la vivienda vacía, esa “inversión” a largo plazo, cuyos gastos son cada vez mayores.
La cuota de la comunidad de vecinos suele ser el gasto más elevado.IBI, las últimas revisiones han supuesto en muchos casos un aumento.
IBI, las últimas revisiones han supuesto en muchos casos un aumento.
- Sumando gastos de una vivienda vacía
- Hay que hacer cuentas
COSTES FIJOS DE UNA VIVIENDA VACÍA
GASTOS DE COMUNIDAD.
El primer coste fijo, que no puede dejar de pagarse, es la cuota de la comunidad de vecinos, que suele ser el gasto más elevado en el mantenimiento de una vivienda vacía. Normalmente es trimestral y varía en función de los diferentes gastos y consumos que realice la comunidad de vecinos. Electricidad, agua, ascensor, limpieza, administración por parte de profesionales, gastos financieros de la cuenta de la comunidad y mantenimiento son los básicos.
Si les añadimos derramas por reformas necesarias debido a la edad de la edificación, a problemas puntuales o incluso que se llevan arrastrando en el tiempo (tejados, fachadas, humedades, instalación de ascensor, etc.) estas cuotas pueden aumentar sustancialmente.
Si además se trata de un portal con calefacción comunitaria, o con otros servicios contratados como jardinería, o se dispone de un portero, las cuotas corrientes se pueden disparar.
En ocasiones también tenemos que añadir el gasto que supone el que la comunidad tenga contratado un seguro. En este supuesto la vivienda vacía también se beneficia de él.
Estas cuotas serán iguales para la vivienda esté habitada o vacía.
EL IMPUESTO DE BIENES E INMUEBLES: el IBI
Este impuesto grava la titularidad o posesión de cualquier propiedad. No nos podemos olvidar de él.
La cantidad que hay que abonar se calcula en función del valor catastral. Este valor viene determinado por la localidad, la zona, etc. establecido por el Ministerio de Hacienda o por las Diputaciones.
Sobre el valor catastral del piso, el ayuntamiento establecerá la normativa y los tipos a aplicar, siempre dentro de los márgenes marcados por la Ley de Haciendas Locales. Para los inmuebles de naturaleza urbana, los más habituales, el rango oscila entre el 0,4% y el 1,1%.
EL SEGURO DE HOGAR
Es aconsejable, para una casa vacía, tener un seguro básico con coberturas mínimas. Este tipo de seguros cubrirá por ejemplo los siniestros inesperados más comunes: daños de agua, caídas de rayo y daños por viento, rotura de cristales o robos e incendios. Un seguro de este tipo puede suponer unos 200 euros de media al año.
SUMINISTROS: AGUA, ELECTRICIDAD, GAS
El mantener estos suministros “vivos” puede costar de unos 400 a 540 euros anuales mínimos, depende de las empresas contratadas, potencia, etc.
A estos suministros hay que añadir el recibo de la basura y el alcantarillado, que se abona a los ayuntamientos.
Hoy en día ya no se suelen incluir entre estos costes ni el teléfono ni internet por cómo han cambiado estos servicios y su forma de contratación.
ELECTRICIDAD
La factura de la electricidad tiene dos partes: una fija y una variable.
En el caso de una vivienda vacía el coste más importante es el fijo, puesto que no hay consumo. Dentro de esta parte está el término de potencia, el alquiler del contador de la luz y el impuesto sobre la electricidad que se aplica sobre el importe obtenido tras la suma del término de potencia y el término de consumo en electricidad. A todo este importe, más el consumo, hay que aplicar el 21% de IVA. En estos últimos años la parte fija ha aumentado espectacularmente como todos sabemos.
Para ahorrar en este gasto sólo podemos bajar el término de la potencia contratada y elegir la tarifa más adecuada, comparando entre los diferentes suministradores de energía eléctrica.
GAS
En este caso ocurre como en el de la electricidad: hay una parte fija y otra variable. Así que para ahorrar hay que actuar de forma similar: comparar precios de las comercializadoras o dar de baja el servicio, teniendo en cuenta siempre lo que nos va a costar la tarifa de reenganche, que puede doblar el coste de mantenimiento, sobre todo si se va a utilizar pronto (por que se use, alquile o venda la vivienda).
AGUA
Suele ser el coste más bajo de los suministros, puesto que la parte fija es mucho menor en este recibo.
BASURA Y ALCANTARILLADO
Recibo del que se suele olvidar la gente y que está previsto que suba un 2,5% en 2017, y otro tanto en 2018, en Durango por ejemplo.
MANTENIMIENTO
Una casa vacía se deteriora más rápidamente que con el uso diario.
Mucha gente supone que una casa vacía permanece tal cual a pesar del paso del tiempo, pero es como un coche que no se usa. La falta de aireación, la humedad, la acumulación de polvo y los desgastes del tiempo se van acumulando y suponen un mayor esfuerzo a la hora de acondicionar una vivienda para su uso que si se van haciendo pequeños mantenimientos y limpiezas más frecuentemente. Hay que visitarla, airearla, limpiarla, comprobar que todo está en perfecto uso e ir arreglando los pequeños detalles (una bisagra que se ha oxidado, una bombilla que se ha fundido, la goma de un grifo que se ha secado).
HIPOTECA
Además de estos gastos algunos propietarios tienen que hacer frente a la hipoteca de la vivienda. Y éste sí suele ser un gasto cuantioso.
En estos casos para reducir la cuota habrá que buscar las alternativas más convenientes con otro banco o renegociando las condiciones de la hipoteca para que sean mejores, por ejemplo.
IRPF – DECLARACION DE LA RENTA
Es el gran olvidado de los gastos de una vivienda vacía: el IRPF.
Es lo que se conoce como una imputación de renta inmobiliaria. Cuando se hace la declaración de IRPF hay que incluir todas las viviendas que se tienen en propiedad, incluso aquellas en las que se comparte la propiedad con otras personas (apartado de datos personales en rentas inmobiliarias) sean o no viviendas habituales, estén o no alquiladas, viva alguien en ellas o no.
Para Hacienda el mero hecho de poseer un inmueble en propiedad, que no es tu vivienda habitual, te permite ganar dinero con él, así que calcula “una cuota de ganancia que incluye como beneficio (por eso se llama imputación de renta, porque la AEAT te imputa una ganancia sin que la tengas realmente)”. Como sigue diciendo José Trecet en su blog: “Para poder imputarte esta renta, debes ser propietario de la vivienda o titular del derecho real de aprovechamiento por turno, o titular de un derecho real de disfrute. Si se cumplen uno de estos preceptos y la casa está calificada como inmueble urbano y no está alquilada -generando rendimientos de capital inmobiliario en ese caso- ni está en construcción, deberás pagar. El importe de las imputaciones de renta inmobiliarias en el IRPF depende del valor catastral”. Además, añade el autor: “De forma resumida, la imputación de renta inmobiliaria es una penalización fiscal adicional para los propietarios de segundas viviendas que no estén destinadas a ser su residencia habitual pese a que ya hay que pagar por ellas al hacer la declaración de Patrimonio.”
Así pues, hay que pagar impuestos en el IRPF por las viviendas en propiedad, aunque no estén alquiladas. Un gasto más que añadir a los que ya hemos ido enumerando para una vivienda vacía.